Tipos de quiero...


A mi edad, pensaba que los significados de la palabra quiero estaban claros, y por lo visto me equivocaba. Estoy empezando a descubrir dos nuevas acepciones el “quiero real que mueve la acción” el cual podría ser sinónimo de “hago”, y un “quiero metafórico ilusorio y fantástico” que bien podría ser argumento para Peter Jackson en la segunda entrega del Hobbit o el remake del Señor de los Anillos.
Existen personas que tienen muy interiorizado el “quiero” del “hago” ahora, en presente, y se muestra en acción, en cambio hay otras que viven diciendo “quiero” y se quedan sentadas pensando en ello, se montan su película, su fantasía, y jamás se levantan del sofá para llegar al “hago”, viven constantemente queriendo cosas en futuro, uno ilusorio, una realidad que no llega a concretarse nunca. Es cuando el “quiero” se queda en una mera palabra, la cual se dice sin sentir, con una facilidad pasmosa y como tal se pierde.
            El “quiero metafórico ilusorio y fantástico”, recibe ese nombre porque es tan bonito que nos ayuda en momentos literarios, todo el mundo tenemos de estos “quieros”, son los que suelen ir acompañados del “ahora no puedo”, “mañana a ver si” y toda una infinidad de excusas que nos damos a nosotros mismos para justificar nuestra apatía y cobardía.  Son los quiero sobre los que se fundamentan los proyectos futuros de nuestro cerebro, los que nos hacen sentir que hacemos algo, los que contribuyen a la falsa y fantástica ilusión en la que se convierte nuestra vida.
            Vivir haciendo de los quiero un “hago, ahora”, no implica ser un loco, un exigente, es sin duda tener en tu interior sed por la vida, ganas de vivir en tu piel las sensaciones y no simplemente en tu mente. Disfrutar de la acción y no de las planificaciones que luego no llegan a nada. Hacer… hacer…seguir haciendo. Sueños como proyectos ejecutables, no como ilusiones alimenta corazones tristes… Los “quiero” siempre con movimiento…Para no dejarse nada por vivir…
            No hay nada más triste que darte cuenta del paso de un “quiero” a un “quise” a “quería” pero ya es tarde, nunca pude…del pude y puedo hablaremos otro día.
            Y tantos “quieros” como hay…susurrados…gritados…besados… las personas deciden cuales son los que les identifican, les acompañan. Es cuestión personal decidir o dejarse llevar por la corriente y después maldecir el punto al que te ha llevado. El lobo elige, la oveja espera.

El lenguaje de las Abejas. Isabel Garre. 2013 

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