La estabilidad emocional

La estabilidad emocional no es una línea plana, ni una cuerda tensa por la que hacemos equilibrio para caminar encima, y con suerte llegar al otro lado. 
Nos hemos convencido que tenemos que procurar tener una línea emocional constante. 
No nos explican, que las emociones no son todo o nada, equilibrio o desequilibrio, estabilidad o inestabilidad. 
Es más complejo que eso, las emociones estables sería algo así como estar navegando en un lago, donde el viento, crea olas, e incluso una piedra al caer, genera en la barca movimiento. Pero no es un movimiento tan extremo que te haga caerte o hundirte. 
Así sentimos, cada día pasamos por muchas emociones, sin ser extremas, sin caernos de la barca. 
Sentir, hay que sentir. Y a veces nos obsesionamos buscando una estabilidad emocional inalcanzable, como si sentir cosas diferentes al día fuera una cruz. La estabilidad, quizás esté más relacionada con la intensidad. 
Porque incluso el movimiento de una montaña rusa, o una noria, termina siendo cíclico. 
En una sociedad como la actual, el modelo de estabilidad emocional plano y único, es irreal, cuando vivimos rodeados de mil experiencias, bombardeos de información, etc. 
No está mal sentir, ni tener al día un recorrido por un abanico emocional multicolor, puesto que la mayoría de las veces no llegamos a los extremos. Y reprimirnos, censurarnos, o catalogarnos como inestables, es echarnos más tensión encima. 

Isabel Garre. Pedagoga. 

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