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Mostrando entradas de febrero, 2013

Sistema educativo como hamburguesas

Me despierto con una desagradable sensación en el pecho, menudo sueño, repleto de rabia, horror, ira…un estallido desbocado de furia, aún me duele de pensarlo. Es una locura sentirse así, creo que voy a explotar. Estaba en un lugar con amigos y recordaba que llegaba tarde a un examen. Entro en clase tras cuarenta minutos de inicio de la prueba, y como no tengo ni las preguntas...las pido a un amigo que me pasa el examen amablemente. No pensaba copiarme de las respuestas, quería las preguntas nada más y echarle un ojo para poder hacer algo en la medida de mis posibilidades. El profe lo ve, piensa que me estoy copiando, no me hace caso cuando le explico que solo estoy copiando las preguntas para hacerlas, mi honor queda en entredicho y estallo en cólera. Más cuando pienso que yo no estoy haciendo trampas, me estoy esforzando por hacer el examen cuando podría simplemente haber pasado…sigo mi propia lógica, que resulta en este caso ilógica. Lanzo improperios hacia la educación de ese

Príncipes y Princesas

Triste es que nos vendan la moto de que el amor de nuestra vida será un príncipe montado en un caballo blanco...menos mal que se corta el cuento en el momento justo, de no ser así, se vería la verdadera personalidad de un príncipe. Acostumbrado a ser el centro de atención en todas partes a las que va, a que vivan por y para él, a que solo importen sus problemas, a que solo le escuchen dar discurso s y él no oiga a nadie, a que sea un inútil que no sabe freir un huevo y limpiar la casa...que tengas que caminar tres pasos por detrás de él, vivir siendo su súbdito...estando atenta a sus necesidades...el adorado, el divino...el ocupado...entre las horas que pasa en el gimnasio, la peluqueria, el sastre, montando a caballo, con la espada... Vivir enamorada de un principe no es un sueño...es una tortura... Solo hay dos cosas imparables en la vida, el tiempo y las personas que de verdad persiguen aquello que quieren con pasión y valentía. Dedicamos la energía a pedirle al tiempo que nos es

Tipos de quiero...

A mi edad, pensaba que los significados de la palabra quiero estaban claros, y por lo visto me equivocaba. Estoy empezando a descubrir dos nuevas acepciones el “quiero real que mueve la acción” el cual podría ser sinónimo de “hago”, y un “quiero metafórico ilusorio y fantástico” que bien podría ser argumento para Peter Jackson en la segunda entrega del Hobbit o el remake del Señor de los Anillos. Existen personas que tienen muy interiorizado el “quiero” del “hago” ahora, en presente, y se muestra en acción, en cambio hay otras que viven diciendo “quiero” y se quedan sentadas pensando en ello, se montan su película, su fantasía, y jamás se levantan del sofá para llegar al “hago”, viven constantemente queriendo cosas en futuro, uno ilusorio, una realidad que no llega a concretarse nunca. Es cuando el “quiero” se queda en una mera palabra, la cual se dice sin sentir, con una facilidad pasmosa y como tal se pierde.             El “quiero metafórico ilusorio y fantástico”, recibe ese

Caperucita Reflexión

Hoy no tengo ganas de ver a nadie, ojalá pudiera encerrarme en una cueva, hoy me siento el lobo feroz y todos son la desagradable caperucita. El lobo no puede escapar de su instinto, caperucita sí, habiendo metro, taxi, bus…¡llévale la comida a tu abuelita motorizada!, tanta capucha y no te compras un casco. No me gusta el cuento. Caperucita…con un nombre fruto de una prenda textil…no me quiero imaginar el cuento de un niño llamado Gorrolito. Simplemente, Caperucita, ¿no puedes irte por la autovía a la casa de tu abuela? ¡Joder no cruces el bosque que hay lobos! No puedes esperar entrometerte en su territorio para ahorrar camino y gasolina, encima vestida de rojo…que si fuera en vez de un lobo un toro también te coge, o que el lobo te deje tranquila oliendo a comida de una cesta de mimbre... Una nevera y taper were, o si no, en los tiempos que corren llama a un chino que va en moto, sabe artes marciales…y a ellos esas cosas no les pasan, saben defenderse. Pero claro, la culpa de to

Huyo

Huyo de sabios, de quienes presumen de leer muchos libros, de quienes hacen cuentas matemáticas en un segundo...de quienes se catalogan como complejos, la élite o los superiores. Huir cuando son incapaces de sorprenderse, de emocionarse, de sentir una caricia con el corazón sin que su cerebro interprete el gesto con infinidad de respuestas...total para mí solo hay una...quiero tocarte...y no hay más.   El lenguaje de las abejas. Isabel Garre, 2013