Príncipes y Princesas

Triste es que nos vendan la moto de que el amor de nuestra vida será un príncipe montado en un caballo blanco...menos mal que se corta el cuento en el momento justo, de no ser así, se vería la verdadera personalidad de un príncipe. Acostumbrado a ser el centro de atención en todas partes a las que va, a que vivan por y para él, a que solo importen sus problemas, a que solo le escuchen dar discursos y él no oiga a nadie, a que sea un inútil que no sabe freir un huevo y limpiar la casa...que tengas que caminar tres pasos por detrás de él, vivir siendo su súbdito...estando atenta a sus necesidades...el adorado, el divino...el ocupado...entre las horas que pasa en el gimnasio, la peluqueria, el sastre, montando a caballo, con la espada...
Vivir enamorada de un principe no es un sueño...es una tortura...



Solo hay dos cosas imparables en la vida, el tiempo y las personas que de verdad persiguen aquello que quieren con pasión y valentía. Dedicamos la energía a pedirle al tiempo que nos espere, mientras que dejamos escapar nuestros sueños corriendo por otra calle. En vez de perder energía suplicando, inviertela en la acción, en poner en funcionamiento la rueda de tu vida...no esperes a ser una marioneta del destino de los demás que por su influencia hará el tuyo.

Cansada de vivir las influencias de las acciones de los demás y considerarlo mi propia vida. Ahora son mis acciones...o por lo menos eso intento. Yo decido>>

Sunev. Personaje Protagonista del Libro. El lenguaje de las Mariposas. Isabel Garre, 2013.

A construir días...diseñando tus vivencias...sabiéndote dueño de lo que vives...


Y nos entra el acojone, ante grandes retos...nos miramos los dedos de los pies jugueteando al borde del acantilado...miedo a caer...pánico a no ser capaz de hacerlo...
con ese miedo hago una bolita, la trago, aunque su paso por la garganta cueste...seguiré intentandolo y cuando deje de sentirlo...saltaré y volaré más alto. Los que no se arriesgan no vuelan por las alturas, solo lo hacen a ras del suelo. Los que se quedan encarcelados por el miedo, gritando no puedo... en el acantilado se dan media vuelta y regresan por donde han venido. Desandando lo andado. 


Estas frente a ellas, diciéndoles que deben pensar que la vida son etapas unas buenas y otras malas. Hay que romper con la cadena de malos pensamientos, introduciendo un recuerdo positivo, esa es quizás la clave. 
El problema aparece cuando una de ellas, de ochenta y cuatro años de edad, se gira hacia ti y te dice: ¿cómo puedo recurrir a un recuerdo bueno si nada en mi vida lo ha sido?. 
Tras el impacto inicial…casi sin saber que decir, incrédula solo puedo responder que son demasiados años para no haber momentos positivos, debe de haberlos si sigue viva…me niego a creer que una persona no sea capaz de ver algún instante agradable en toda su existencia cuando ha vivido tantos años.

De los mayores aprendes cada día…

El lenguaje de las Abejas.Isa Garre, 2013

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