¿Pondrías precio a tu felicidad?

Este articulo que os presento forma parte de la serie de colaboraciones que realizaré para http://www.ideal.es/, en el portal de la Comarca del Almanzora (Almería). Serán artículos de opinión, que posteriormente los subiré también a este blog.

                      

¿Pondrías precio a tu felicidad? 




<<¿Qué precio tiene sonreir?...Consultar tarifa de precios del Taller de Risoterapia, ¿qué precio tiene quererse a uno mismo?...Lo miro en el estante de los Libros de autoayuda, este mes me compraré dos…¿Cuánto dinero invierto en ser feliz? Feliz estaré cuando esté más delgada…¿pago una dieta? Seré feliz cuando tenga el último iphone con mil aplicaciones que no tengo ni tiempo para utilizar…pero seré feliz, porque mi vecino tiene uno y sonríe sin parar, sonreir constantemente no es apariencia, es felicidad lo dicen en la tele, en los libros, en todos los carteles donde a modelos se les paga por sonreir…>>

Y así es como la felicidad se piensa en futuro y no se vive en presente…

¿Y sí un día te levantas y lees que el concepto de felicidad que te han estado vendiendo ha cambiado? ¿quizás ni siquiera existe? ¿puede la forma en la que uno entiende la felicidad ser una moda manipulable?

Vivimos en una época en la que estar feliz ya no es lo que se lleva, lo “cool” es ir al psicólogo, no dormir por las noches, tener un mal trabajo y estar asqueado, o no tener trabajo y vivir amargado, ser guapa pero creerte fea porque tu talla no es una treinta y seis. Se lleva la crisis económica y las crisis existenciales, y si no las tienes ya se encargarán de inventarlas otros por ti, el caso es convencerte de que no eres feliz, de que tienes que seguir buscando algo inalcanzable, aunque los aspectos que realmente pueden alegrarte la vida ya los tengas.

Felicidad, ¿existe o no?, puede ser un cúmulo de emociones, sensaciones todas placenteras y lo más importante duraderas. ¿Por qué parece que la felicidad nos dura tan poco? Acaso porque nos hacen creer que la euforia es la felicidad, debería estar tirándome de un avión en marcha todos los días para ser feliz y mantener ese cócktel hormonal.

“Ser feliz con poco”, debe de estar uno/a loco o ser pobre para decir esa frase en una sociedad capitalista, en la que incluso competimos por ser más feliz que los demás, si competimos por aspectos materiales por qué no hacerlo por aspectos emocionales.

Nos enseñan a pensar que la felicidad reside en la posesión, sea bien de aspectos materiales o no, llegando incluso a la posesión de personas, pareja, etc. Me pregunto el caos que supondría para los que nos mueven como masas de obedientes, el que nos plantásemos diciendo: ¡soy feliz con tener mis necesidades básicas cubiertas y no necesito nada más!. No necesito dejarme la piel y los huesos trabajando para tener más y más dinero, con el que poder comprarme un mejor coche, una mejor casa, un mejor traje.

¿Quién puede ser feliz en una época como la de ahora? Sería de locos, con tanto paro, con tanta delincuencia, con esta crisis…les interesa que nos sintamos infelices, que el gobierno sea el padre caritativo que nos asiste y acoge. Ese Gran Hermano que nos mima, nos ayuda y alienta a conseguir una vida mejor según los parámetros que nos han establecido ellos.

No se puede ser feliz disfrutando de la tranquilidad de dormir por la noche sin tener un préstamo o una hipoteca que pagar, ni una casa sin los mejores muebles de diseño. No se puede ser feliz deteniéndose por un instante a contemplar una puesta de sol, total vista una vista todas…No se puede ser feliz si tienes salud…No se puede ser feliz con cosas sencillas que no impliquen gastar dinero. Se ha puesto precio a nuestra felicidad y se ha institucionalizado una serie de organismos que viven de nuestra infelicidad haciéndonos creer que somos infelices únicamente porque no nos adaptamos al modelo que nos venden.

Feliz siendo quien uno es, sin esperar a mañana, sin dejar que este día pase sin que nos esforcemos por vivir un buen momento…uno que se convierta en un maravilloso recuerdo. Un cambio de actitud, no tengo el mejor coche, tengo arrugas, y qué, pero estoy tranquila y en calma porque la felicidad es lo que hay dentro de mí y perdura en el tiempo, ni es efímera, ni puede comprarse.

Soy feliz cuando rio y escucho a los demás hacerlo conmigo, por una tontería, por las cosas de la vida que un día me dieron mucho miedo. Me alegro viendo a mis seres queridos vivir en paz, sin preocupación alguna, con salud y bienestar. Nada me falta si me quiero a mi misma, no necesito más para ser feliz tan solo soñar con que un día nadie me diga como tengo que sentirme feliz, lo seré y lo viviré.

Y tú, ¿has puesto precio a tu felicidad?



Isabel Garre.

Acceso directo al artículo de opinión.
http://almanzora.ideal.es/participacion/opinion/1146-ipondrias-precio-a-tu-felicidad.html

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