Porque nada es mio, porque en esencia soy tú y los demás, el aire que respiro, la tierra por la que camino. Si mi corazón late a medida que tu giras, si mis ojos ven cuando tu despiertas. Si nazco de tí cada mañana, si vivo en tí cada día hasta que vuelvo a la cama, si soy una en sintonía contigo, con lo que sientes y sienten los demás. Si el número infinito es mi alma, si el ocho es mi signo...si en mi corazón solo reside lo que vivo, dejo de pensar, dejo de explicarme el mundo con palabras, olvido juzgar, ya solo me importa estar en paz. Somos meros recipientes de emociones, de sentimientos que viajan por el aire, impregnan las paredes, los muebles, todo...no hay lugar en el mundo donde no se haya dejado una emoción transformada en recuerdo. Y no...no los leemos...los sentimos... Esa es el don y la tortura del sensible, estar preso de las emociones, y este mundo es un mar repleto de ellas donde todos nos sumergimos...absolutamente todos, porque en eso reside estar vivo. Manuales ...