Sistema educativo como hamburguesas


Me despierto con una desagradable sensación en el pecho, menudo sueño, repleto de rabia, horror, ira…un estallido desbocado de furia, aún me duele de pensarlo. Es una locura sentirse así, creo que voy a explotar.
Estaba en un lugar con amigos y recordaba que llegaba tarde a un examen. Entro en clase tras cuarenta minutos de inicio de la prueba, y como no tengo ni las preguntas...las pido a un amigo que me pasa el examen amablemente. No pensaba copiarme de las respuestas, quería las preguntas nada más y echarle un ojo para poder hacer algo en la medida de mis posibilidades.
El profe lo ve, piensa que me estoy copiando, no me hace caso cuando le explico que solo estoy copiando las preguntas para hacerlas, mi honor queda en entredicho y estallo en cólera. Más cuando pienso que yo no estoy haciendo trampas, me estoy esforzando por hacer el examen cuando podría simplemente haber pasado…sigo mi propia lógica, que resulta en este caso ilógica. Lanzo improperios hacia la educación de ese profesor en particular, de lo que están haciendo en ese instituto. Y le humillo, soy cruel, siento que me arde el pecho, me voy de allí asumiendo que jamás volveré a esa clase porque me cambio de instituto. Estoy incontrolable.
Salgo a la calle, quiero destrozar algo…y sin embargo, camino a la espera de tranquilizar mi alma. Llego a un embarcadero, es la parte de atrás de una cafetería, para mi sorpresa veo una especie de figuras en el agua flotando. Parecen esfinges mal hechas, pero recubiertas de una extraña crema, únicamente puedo verles los ojos, de no ser así hubiera pensado que son simples bultos. Es raro. Me acerco…y me siento asqueado. Son las reservas de carne de las hamburguesas que sirven en el instituto del que he huido. Descubro que estas estatuas, en realidad y para mi sorpresa son los propios seres humanos recubiertos con una manteca, esta les sirve a los cocineros para conservarlos y darle  un sabor especial a la carne. Los cortan y los sirven en rodajas, en el comedor del instituto...para hacer que los propios alumnos se coman entre ellos de forma inconsciente.

            Cuando he despertado he intentado saber cual era el mensaje de ese sueño…solo se me ocurre que me reacción como niño indigo y cristal es relativamente normal. El maestro tenía razón, pero la segunda parte del sueño…alumnos comiéndose a sí mismos. ¿Podría ser que se nos atonta en el sistema educativo actual y al competir entre nosotros mismos, nos devoremos los unos a los otros? 
Yo he abandonado ese instituto…¿cuánta gente como yo ha salido ya de esa dinámica educativa?
Una dinámica en la que los alumnos somos hamburguesas...
todas deben ser iguales, sabrosas, y sacadas de fábrica, sin diversidad, sin respetar nuestra esencia...Escuelas vistas como granjas de las que si te sales ya sabes...estás muerto, o eso pretenden hacernos creer. La manteca sobre nuestra mente, conservándonos en la pasividad y la tontuna... únicamente parece que siguen intactos nuestros ojos, por eso les interesa tenernos aletargados e inmóviles, preocupándonos por seguir a flote...muchos se ahogan y poco importa, nadie los ve...solo son un número en un papel.

El lenguaje de las abejas, Isabel Garre, 2013

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