Caperucita Reflexión


Hoy no tengo ganas de ver a nadie, ojalá pudiera encerrarme en una cueva, hoy me siento el lobo feroz y todos son la desagradable caperucita. El lobo no puede escapar de su instinto, caperucita sí, habiendo metro, taxi, bus…¡llévale la comida a tu abuelita motorizada!, tanta capucha y no te compras un casco. No me gusta el cuento. Caperucita…con un nombre fruto de una prenda textil…no me quiero imaginar el cuento de un niño llamado Gorrolito.
Simplemente, Caperucita, ¿no puedes irte por la autovía a la casa de tu abuela? ¡Joder no cruces el bosque que hay lobos! No puedes esperar entrometerte en su territorio para ahorrar camino y gasolina, encima vestida de rojo…que si fuera en vez de un lobo un toro también te coge, o que el lobo te deje tranquila oliendo a comida de una cesta de mimbre... Una nevera y taper were, o si no, en los tiempos que corren llama a un chino que va en moto, sabe artes marciales…y a ellos esas cosas no les pasan, saben defenderse. Pero claro, la culpa de todo la tiene tu madre por enviarte sola a cruzar un bosque cuando deberías estar a esa hora en la escuela o en una actividad extraescolar, digamos: inglés, voleibol…o Karate, si es que tu madre pretende que cada vez que lleves comida a tu abuelita  no se convierta en un deporte de riesgo.
Y esa abuela…vive sola en una casa perdida de la mano de dios, donde ni llegan los carros del Mercadona…pretende que todos los días le lleven la comida, o peor…es que esa casa no tiene cocina, porque yo no he visto más allá del salón y el dormitorio. Tienen para calentar té y no para hacerse comida. La cuestión importante es…¿no tiene ducha? Eso explicaría que Caperucita no notara nada extraño al entrar en la casa y estar frente al lobo…ya no digamos como tendría que tener los pelos del bigote…para tal confusión.
Sigo preguntándome, ¿qué hacía esa abuela allí sola?
No es un cuento creíble…en los tiempos que corren…caperucita le habría dicho a su madre: -ve tú, que yo tengo que estudiar -, (estudiar, en jerga adolescente tener encendido el ordenador con el tuenti, facebook o estar escribiendo con el whatsapps), y el lobo…el lobo seguramente estaría muy bueno y se llamaría Jacob, normal que caperucita se vaya sola a un bosque oscuro…
No me termina de gustar este cuento, este monumento a la feminidad débil y masculinidad varonil salvadora. Sigamos contándolo a los niños y a las niñas para que asuman su rol, si no lo hacemos nosotros ya se encarga Disney.

El lenguaje de las Abejas. Isabel Garre, 2013

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