Nacimiento del tronco de un árbol
Oscuridad, recogido, arropado por la madre de todas las cosas. Sentí que podía estar de nuevo en calma, olvidando mi humanidad. Entonces comprendí que yo quería nacer de un árbol, ser gestado en el tronco de quién había permanecido sobre la colina cientos de años. Sabio y en silencio, había sobrevivido a todo. Y quise nacer en mi nueva vida de él, fundirme con la madera y sentir mi sangre convirtiéndose en salvia. Cuando estás en el vientre de un árbol, pasas el tiempo pensando en qué será de ti, ¿cuántas expectativas? Para lo que hay al cruzar la luz, ¿cuántas experiencias vas a vivir? Uno nunca sabe lo que le espera. Fue así como conseguí calmar el llanto ante la pérdida, ante la muerte, que no era otra sino la mía. Y cuando sientes esa muerte, abandonas todo, miedos, apegos, la importancia personal… todo. Así, cuando nada te importa es cuando lo tienes todo. En medio de esa oscuridad no podía percibir el ruido de la sociedad, tan solo podía intuir levemente un pequeño residuo...