Árboles pérdidos
-Lo veo en mi mente de
forma clara, quizás no aquí...quizás esté en otra parte -estoy realmente
decepcionada.
Conecto con él, la frase se repite una y otra vez en mi
mente, es un lamento triste y doloroso.
-Por qué nadie me ha llorado...¡por qué nadie ha
llorado por mí!-
Las lágrimas brotan en mis ojos, pongo una mano en la
tierra y sigue latiendo débilmente el último resto de aquel árbol, pequeñas
raíces que los humanos no arrancaron.
-Siento el dolor aún recorriéndole, escucho la
sierra y me invade el miedo, cortan mis brazos, mis pies y mis manos, y aún así
sigo respirando...no soy más que un árbol talado que están arrastrando por el
suelo dejando mis hojas en el camino como la sangre tras ser decapitado. ¿Qué
será de mí? ¿qué hice para tratarme así? Tan solo vivir y estar donde no
debía...donde los humanos quieren construir jaulas de cemento. ¿Por qué nadie
me ha llorado? ¿por qué nadie llora por mi?-
De pie observo el hueco donde debería estar, la cubierta
de césped no ha podido ocultar la huella de su cuerpo, no puedo dejar de
llorar...
Cogemos una semilla y la volvemos a plantar...
Extracto del libro de Isabel Garre, El lenguaje de las abejas. 2012.
muy bello...
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