La maldad en la vejez
Miró su piel decrépita, fina y translucida, le pareció que era digno envoltorio de maldad, no podía ser de otro modo, porque la vejez vacía de sabiduría adquiría un matiz repulsivo. Años y años de egoísmo, crueldad, almacenándose poco a poco en cada una de las células de Circe. No había manchas ni arrugas suficientes en su cuerpo para mostrar una marca visible de los asesinatos que había cometido.
Era una lástima que la carne de su corazón no pudiera ser vista por todos. Por este motivo tan solo unos pocos que observaban a nivel energético podían apreciar lo putrefacto y oscuro ...de algo en origen tan bello como un corazón humano...
Extracto del Libro Manuales de Creación. Sexta Parte. Isabel Garre
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